La «edad oscura» no era tan oscura

Así como se lee en el título. La mal llamada época oscura no fue tan oscura como nos pintan. Sí, soy un defensor de la Edad Media, la cual llamaría yo "la época de oro de la Cristiandad".

Evidentemente no vamos a caer en la leyenda negra, pero tampoco en la leyenda rosa. La Edad Media fue una época muy importante, larga y buena, pero también, como en toda época, abundaron sus abusos y pecados. 
Sin embargo, yo no vengo aquí a escribir sobre los abusos y pecados tantas veces repetidos sobre esta bella época (que algunos de ellos, por cierto, son bulos, leyendas negras); yo vengo aquí a hablar de lo bello, bueno y glorioso que hay de esta época admirable. Trataré de explicar con lo poco que sé comparado con los expertos medievalistas esta bella época que tanto me apasiona, y que tanto amo. Sea dicha otra cosa: me gustará a mí mucho la Edad Media, y a ti quizá, querido lector, el siglo XIX, pero eso no es excusa para que nuestros pies estén en pasto medieval o victoriano. Nuestros pies han de estar en el presente, hemos de ser conscientes de que vivimos en una época muy diferente a la medieval o victoriana; luego, de ahí por supuesto no se sigue que debamos aceptar todos los presupuestos de nuestro tiempo. Pero es importante aclararlo: hay que vivir en el presente, que si Dios ha querido que estemos y vivamos en esta época tan difícil y tan fácil a la vez, por algo será. 

INICIO Y FIN DE LA ÉPOCA DE ORO DE LA CRISTIANDAD. 

Tradicionalmente, el inicio de la Edad Media es fechado en el año 476, año en el que cae el Imperio Romano de Occidente. “En ese preciso momento, la bellísima y sublime cultura grecolatina cae, y Europa se hunde en la ignorancia y la barbarie”; pues déjeme decirle que no, oh querido dramas. 

Curioso es que haya tanta gente que se crea esta estupidez: que los clásicos fueron terriblemente olvidados... Ah, espera, ¿qué existen los clásicos? ¿Cómo han sobrevivido hasta ahora, si se supone que fueron perseguidos y olvidados por la ignorante edad oscura? Bueno, es que resulta que tú, y yo, tenemos, por ejemplo, la Metafísica de Aristóteles, o la República de Platón, o las Meditaciones del emperador Marco Aurelio en nuestras manos, no gracias a los renacentistas, sino gracias a los medievales, y en concreto a los monjes medievales. 

En la Edad Media los monasterios y conventos fueron en verdad grandes centros de cultura. Las bibliotecas estaban repletas de diversos manuscritos, fuesen religiosos o no. Entre esos manuscritos, estaban los clásicos, porque resulta que los monjes medievales, en absolutamente toda Europa, estuvieron copiando con pluma, tinta y papel la obra de los clásicos durante 1000 años, durante toda la Edad Media. Y para nada la "temible Iglesia medieval e ignorante" persiguió estos escritos y los infravaloró, es más, en la cultura medieval, entre los cultos, eran bien conocidos los clásicos, y esto se ve desde el comienzo de esta época hasta su final: Dhuoda, en el siglo IX conocía bien los poemas del romano Prudencio; San Isidoro de Sevilla, que conocía bien las obras de muchos clásicos, y mírese al magno San Agustín, el cual conocía en profundidad la obra de Platón, pues fue el que cristianizó a Platón. 
Y al final de esta época, seguimos viendo que se conocía bien la época clásica: véase la obra del gran Santo Tomás de Aquino, siglo XIII, el cual fue el causante de cristianizar a Aristóteles; o la Divina Comedia, de Dante Alighieri, en pleno siglo XIV, donde salen varios filósofos griegos y latinos; o la Celestina, obra en la que se citan a muchos clásicos, del siglo XV. 

Y hablando del final de la Edad Media: se dice que acabó con la caída del Imperio Bizantino, en 1453; otra fecha es el 12 de octubre de 1492, con el descubrimiento de América. Al final es evidente que es algo estúpido marcar principios y finales a una época, pues en el fondo, tras la caída del Imperio Bizantino, o tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, la sociedad feudal no tambaleó mucho (aunque sea dicho: la sociedad medieval tuvo fuertes cambios durante los 1000 años de existencia, sobre todo al final de la Edad Media). 
Yo, con humildad, propongo como una fecha final el cisma protestante, en 1517. El cisma protestante cambió drásticamente la sociedad europea del momento: dividió a Europa, limitó r hizo pequeña a la Cristiandad y con ella vinieron distintos modelos políticos y económicos ajenos al régimen feudal. 

LA ÉPOCA DE LA IGNORANCIA. 

Habiéndose dicho ya que los monjes fueron los valientes custodios de la cultura y educación, es evidente que esta afirmación queda ya como un chiste. Llamar a esta época "de la ignorancia" es una injuria grave, pues estamos tratando con la época que creó las universidades tal y como las conocemos. 
“¡Las universidades, a las cuales sólo podían ir los ricos!”.
Y los plebeyos y pobres, a pesar de esto, también recibían educación, una educación básica. Los niños (¡¡¡y niñas!!!) pobres y plebeyos podían acceder a una educación básica en monasterios y conventos, en muchos casos de monjas. También sin embargo, existían centros educativos civiles, ajenos a las universidades, donde también podían acceder. Y si alguno no acudía a la escuela por alguna razón, que no se preocupe: tiene la dicha de vivir en una época llena de cultura y educación por todas partes. Si ibas por la calle, al hacer tus labores cotidianas, tus oídos se llenaban de cultura y educación: trovadores, juglares, heraldos, el sacerdote en la homilía, tus padres, tu maestro del gremio... 

En efecto, recuérdense el mester de clerecía, o el mester de juglaría, por ejemplo, rebosantes en cultura y educación. 
Sí, sí: tampoco se espere una educación como la de hoy, porque la educación de la Cristiandad iba dirigida sobre todo para lo importante: salvar tu alma... Y cumplir tus deberes, que también es necesario para hacerlo. Las cuestiones más técnicas, es verdad que era en las universidades, y es entendible: no todos estamos llamados a ser sabios. 

De todos modos, es notable ver que en esta bella época, a pesar de lo que se suele decir, había gente no noble (que como he dicho, podían recibir educación) que sabían leer y escribir, como el caso de Marie Coppin, hija de un escudero; Marie Regnière, hija del poeta Jehan Règnier; Marie Michiels, una copista, entre otras. 

UNA ÉPOCA MUY MUY MACHISTA. 

Según se quiera entender. El machismo, definido como la ideología que defiende que el hombre es por naturaleza superior a la mujer, no era un pensamiento propio de la Cristiandad (al menos de forma generalizada), porque era anticristiano. 

Precisamente la Cristiandad surge de los vestigios de una época con muchas luces, pero con muchas más sombras: el mundo clásico, caracterizado por la superstición, el paganismo, su machismo, su pisoteo de la dignidad de la persona... Y también por los clásicos, los cuales son la luz de este período. 

En el mundo clásico, la mujer era concebida como un objeto jurídico, carente de derechos: no era una ciudadana. El pater familias, esto es, el padre de familia (entendido de forma pagana), tenía completa potestad sobre su mujer y podía hacer lo que quisiese con ella, pues era una propiedad, no un cónyuge con el que tuvieses que cumplir una serie de deberes debido a un juramento, cosa que sí pasó en la Cristiandad. 

Al llegar el Cristianismo, y al triunfar e imperar, destruyó los grilletes de la mujer y la elevó a un trono altísimo, al trono del Evangelio, al trono de la ama de casa, es decir: la señora y reina de su hogar y de sus hijos. Esto era IMPENSABLE en el mundo clásico. La mujer comenzaba a ser considerada... Una persona, y comenzaba a ser considerada la dueña y propietaria legal de su hogar, y además, debido a todo esto, comenzó a tener derechos y obligaciones, a ser una "súbdita", esto es, ciudadana, y también pudo acceder al poder político, cosa muy impensable en época clásica: de ahí que tengamos grandes reinas en la Edad Media, como Leonor de Aquitania, o Urraca I, o Isabel la Católica. 

El cristianismo, que fundó la Cristiandad, sentó a la mujer en un trono en el que nunca se había sentado. Esto es algo que lamentablemente, las mal llamadas feministas, no saben.

CONCLUSIÓN, QUE SE HACE LARGO. 

En el fondo, hay tantas injurias y odios hacia esta época, que es imposible recogerlas todas en un blog. Que si la tierra era plana, que si superstición generalizada, que si Inquisición, que si sociedad piramidal, y tal. Todo bulos. Todo leyendas negras. Estamos hablando de una de las mejores épocas de la historia de la humanidad, repito, una de las mejores: porque la mejor sociedad es la que trata de conducir a sus súbditos hacia la virtud, y eso trató de hacer la Cristiandad. 

Y sí, como dije antes, soy consciente de que, como en toda época, en la época de oro de la Cristiandad hubieron terribles abusos y males, como guerras injustificadas, peleas y sed de poder, el cesaropapismo, el papocesarismo, entre otras cosas. Al final, en toda época siempre hay cosas buenas y cosas malas, incluso en las épocas que son en verdad edades oscuras, como el siglo XVIII, XIX y XX, hubieron cosas muy buenas, que si no fuesen por ellas... 

En un futuro blog quizá me anime a escribir sobre la sociedad feudal. Me parece que de ella se puede sacar un bello mensaje cristiano, pues al final, el régimen feudal es cristiano. 

Pax et bonum +

Matthaeus, ancillus Domini. 


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